Mi abuelito Pacho, papá de mi papá, se sentaba a contar historias de la guerra de los mil días. Una vez que coincidieron él y las hermanas de mi mamá en La Dorada él se sentó en una silla cualquiera a contarles mientras ellas permanecían alrededor suyo, en el suelo escuchándolo.
Él era muy joven cuando lo de la guerra (alrededor de 15 años) y se casó poco después con "La Mona", mi abuelita Rosa. Las hermanas de mi papá a veces se preguntaban por qué mi mamá sabía tantas historias de su papá y ellas no. La razón tiene que ver con la época, en la que el padre de una familia era casi un ser venerado y temido y nunca se creó una relación de confianza como sí ocurrió entre mi mamá y el suegro.
Poco antes del nacimiento de mi hermano mayor (1954) murió Don Pacho. Cuenta mi mamá que las luces de la casa donde estaban en compañía de una prima mía se apagaron, para volverse a prender y luego apagarse del todo. Mi mamá supo entonces que el suegro, muy enfermo en el momento, había partido, había pasado a despedirse.
martes, diciembre 12, 2006
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1 comentario:
AMALIA DUQUE:
Casi 14 meses después, he sabido esta historia. Soy hermana de Micio. A él le gustaba escuchar cuentos, a mi no. Pero ahora se que los recuerdos mantienen unida a la familia y yo no tengo recuerdos de alguien, me siento sola dentro de la familia.
Enero 8 nde 2007
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