Cuando mi mamá iba a la escuela era obligatoria la asistencia de los niños. Existía un personaje llamado el policía escolar que iba a la casa de los que habían faltado a averiguar por qué no asistían y la única excusa válida era enferemedad.
Cuántos de los estudiantes de hoy agradecen que ya no exista el policía escolar. Mi mamá nunca tuvo la menor intención de faltar a clase.
lunes, mayo 15, 2006
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