lunes, mayo 22, 2006

El 9 de abril (I)

Inmediatamente después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán se desató en Colombia una serie de revueltas que duraron varios días. Para esa época mi mamá era quien se encargaba de abrir y cerrar la oficina del Banco de Colombia que en esa época, creo que aún lo hacen todos los bancos de La Dorada, se cerraba al mediodía reabriendo en la tarde. Ese día mi mamá ya estaba enterada de la muerte del caudillo pero no reparó en las posibles consecuencias en el orden público y abrió la oficina para el horario de la tarde. Poco después atinó pasar un abogado de La Dorada, Orlando Jaramillo, quien le advirtió sobre lo que podría suceder viendo que en otras ciudades los ánimos ya estaban caldeados. Un ángel de la guarda hizo que mi mamá cerrara la oficina antes que se desencadenaran los días en que La Dorada estuvo incomunicada y sitiada por revoltosos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La muerte de Gaitán marcó el inicio de "La Violencia" y de la barbarie incombustible que vivimos desde entonces en Colombia. Los "revoltosos" de que hablas fueron los colombianos desencantados que sintieron que sus esperanzas morían con el asesinato del único candidato que los representaba de verdad, un crillo de pura cepa, triguño y deslenguado como el 80% de este país.
Un saludo

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Es completamente cierto tu comentario. Lo que se "alzaron" por la muerte de Gaitán no eran sino los que veían la esperanza de ser reconocidos en un futuro presidente y les cortaron la esperanza de la manera más vil.

Pero es que el blog cuenta lo que mi mamá dice, sin grandes opiniones. Pero en los comentarios sí podemos hacerlo y te agradezco el aporte para que no sea alguien malentienda el término revoltoso