sábado, abril 22, 2006

Un centavo

Mi mamá trabajó desde los 16 años en la oficina del Banco de Colombia en La Dorada. Alguna vez conté aquí que era la persona de confianza del gerente.

Cuenta ella que alguna vez en en uno de los cierres de periodo, que se hacía a lapiz y papel, estaban descuadrados en un centavo. Durante varios días estuvieron buscando el descuadre y nadie lo encontraba hasta que una noche mi mamá soñó con el problema y durante el sueño encontró el sitio del error.

A la mañana siguiente fueron a revisar de acuerdo con lo soñado y efectivamente lograron ajustar las cifras. La máquina sumadora estaba defectuosa, fallaba en un centavo, y tras la verificación manual pudieron por fin cerrar libros y enviar el reporte a la central de Bogotá.

Eso de soñar con el trabajo no es raro, por eso hay muchos que hoy día casi no duermen. Pero pocos tienen para contar una historia así de romántica. ¿O no son tan pocos?