viernes, abril 20, 2007

Contrabando

Cuenta mi mamá que mi abuelita le contó alguna vez este caso: hubo una época en que para cultivar tabaco había que tener un permiso especial y producir cigarrillos o tabacos no era permitido para el público común. Sin embargo en la finca del abuelo de mi mamá tenían un negocio clandestino de producción de cigarros para vender en el pueblo. Allí cultivaban, enrollaban y empacaban los cigarros para luego meterlos entre largas guaduas a las cuales le removían los tabiques. Finalmente llevaban las cargas de guadua en mulas al pueblo y de allí el tabaco iba al mercado negro de los años 30, cuando ocurría este caso.

Estas cosas pasan hasta en las mejores familias.

4 comentarios:

madame web dijo...

q buen blog....interesantes los cuentos de su mamá

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Madame web, Bienvenida por acá. Gracias por compartir las historias de mi señora madre

manzanita dijo...

Genial, encontré tu blog de casualidad y estoy enganchada. me fascinan las historias. Una compañera de la universidad me contó algo parecido, que su abuela, que vivía en Santander, cultivaba el tabaco de manera ilegal y para que no le pillaran, después de media noche llevaba los cigarros puros al pueblo, para distribuirlos entre los consumidores.

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Manzanita, gracias por la visita. Me alegra que te guste éste, mi blog consentido.