El día que cayó el gobierno de Rojas Pinilla, mi mamá andaba en el centro de Bogotá con mi hermano Julián, de tres años en ese momento, cuando fue declarado el toque de queda. Éste comenzaba a las 8 de la noche y ya iba a ser esa hora. Mi mamá cuenta que andaba por algún lado de la carrera octava cerca de la Plaza de Bolívar y no sabía qué bus tomar para su casa. Se acercó a un oficial del ejército que andaba por ahí para preguntar qué debía hacer. Él hizo parar un carro particular y le ordenó al conductor que llevara a mi mamá hasta su casa, en el barrio Palermo (Calle 45A # 21-26). La mandó acompañada de un soldado y el del automóvil no tuvo otra opción que cumplir la orden. Lo bueno para él es que iba con el soldado y no le iba a pasar nada si entraba el toque de queda.
Cuando subió al poder el general Rojas Pinilla por medio de un golpe de estado, mi mamá y mi papá estaban en La Dorada y veían las aclamaciones con las cuales lo recibían. Mi mamá, con esa capacidad profética que posee sólo dijo: "ojalá no le pase como a Maria Antonieta que la recibieron con vítores y terminó decapitada". A los cuatro años las protestas terminaron tumbando el gobierno, ese día en que mi mamá andaba por el centro a la hora que no debía.
martes, septiembre 05, 2006
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2 comentarios:
Nuestra madre siempre ha tenido un ángel guardán para estas ocasiones. Por que no publicas cuando a nuestro padre lo escondieron sus amigos el 9 de abril.
Enero 8 de 2007
oiie muii bna la hiistoriia!
ii gracias a Diios tu mamá T la pudo contar!!
bno chaiito
cuiidat muxoo!
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